StrongPoint introduce la verificación de edad con IA en los supermercados de Lituania
A muchos clientes les gusta utilizar las cajas de autopago (Self Chekout), pero en ocasiones deben detenerse y esperar a que un empleado verifique su edad. Para reducir los tiempos de espera y recortar a más de la mitad las verificaciones manuales por parte del personal, la cadena de supermercados Iki (perteneciente al grupo Rewe) está probando una nueva solución: un sistema automático de reconocimiento de edad basado en inteligencia artificial (IA).
Según Julius Stulpinas, director de tecnología de StrongPoint, la experiencia demuestra que esta tecnología de reconocimiento facial ahorra tiempo y permite a los clientes completar sus compras sin necesidad de intervención del personal en aproximadamente 8 de cada 10 casos.

Nijolė Kvietkauskaitė, directora general de IKI Lituania, explica que, por lo general, alrededor del 40 % de todas las intervenciones en las cajas de autopago están relacionadas con la verificación de edad. Con este sistema inteligente basado en IA, al menos el 60 % de esos casos pueden automatizarse, lo que permite reducir en torno a un tercio el número total de intervenciones del personal. Esto les permite dedicar más tiempo a ayudar a los clientes o a realizar otras tareas.
«La tecnología de reconocimiento facial automático reduce el proceso de verificación de edad en las cajas de autopago de una media de 30 segundos a menos de 10 segundos. Esta solución disminuye las colas, agiliza la experiencia de compra y permite que los empleados se centren en tareas de mayor valor. Es un buen ejemplo de cómo la tecnología inteligente puede mejorar de forma discreta, pero significativa, nuestra experiencia diaria, convirtiendo momentos que antes resultaban molestos en algo prácticamente imperceptible», señala Julius Stulpinas, director de tecnología de StrongPoint, la empresa que ha implementado esta solución.
Los clientes llegan a dedicar hasta 200.000 horas al año simplemente en confirmar su edad.
La cadena de supermercados IKI, que fue la primera en introducir las cajas de autopago en Lituania hace 17 años, también es la primera en probar esta nueva tecnología. Una caja de autopago equipada con inteligencia artificial para verificar la edad del cliente al comprar productos con restricciones de edad que se ha instalado en la tienda ubicada en Pilaitės pr. 42, en Vilna.
Durante las cuatro semanas que durará el proyecto piloto, funcionará un sistema de autoservicio único, diseñado exclusivamente para probar esta tecnología y no para su uso en compras reales. Según explica N. Kvietkauskaitė, el objetivo de esta prueba es evaluar cómo funciona la tecnología en condiciones reales.
«Nuestra misión es hacer la vida cotidiana más fácil, por eso estamos siempre pensando en cómo ayudar a nuestros clientes a realizar sus compras de la forma más fluida posible. La tecnología de reconocimiento facial automático puede reducir el proceso en las cajas de autopago en más de 20 segundos, lo que supone una mejora significativa en la experiencia de compra. Invertimos constantemente en innovación porque nos permite probar y seleccionar tecnologías que transforman de forma fundamental el sector del retail. Con este proyecto piloto, estamos probando cómo los clientes pueden comprar aún más rápido en las cajas de autoservicio, garantizando al mismo tiempo una venta responsable de productos con restricciones de edad, sin necesidad de personal adicional. Simplificamos nuestros procesos diarios para ofrecer a nuestros clientes un entorno de compra moderno y agradable», afirma N. Kvietkauskaitė.
Cada año, las cajas de autoservicio de IKI gestionan alrededor de 55 millones de intervenciones por parte de empleados. Los clientes llegan a dedicar unas 200.000 horas al año simplemente esperando a que un empleado confirme su edad. Se estima que la tecnología de verificación de edad basada en inteligencia artificial podría reducir el número total de intervenciones en torno a una cuarta parte.
Según N. Kvietkauskaitė, esta solución permitiría a los empleados centrarse en tareas de mayor valor, como atender a los clientes, reponer las estanterías, ayudar tanto en las cajas tradicionales como en las de autopago, o, en definitiva, contribuir a mejorar la experiencia de compra.
«Nuestra misión es hacer la vida cotidiana más fácil, por eso siempre estamos buscando formas de ayudar a nuestros clientes a realizar sus compras de la manera más ágil posible. La tecnología de reconocimiento facial automático puede reducir el tiempo del proceso en las cajas de autopago en más de 20 segundos, lo que supone una mejora significativa en la experiencia de compra».
Nijolė Kvietkauskaitė, CEO de IKI Lithuania
Mas preciso que un humano
Los algoritmos y la inteligencia artificial funcionan con mayor precisión que los humanos, por lo que si no puedes engañar a una persona, es poco probable que engañes al sistema. El sistema automático de verificación de edad no hace conjeturas. Nunca dirá que la edad es más o menos exacta, sino que funciona con precisión. Se aplica un “margen de seguridad” adicional para las personas más jóvenes, pero para todos los mayores de 25 años el sistema confirma automáticamente su edad.
«La solución reconoce si hay una persona real frente a la cámara o si el comprador intenta engañar al sistema, por ejemplo, mostrando la foto de una persona mayor en su teléfono. La inteligencia artificial no solo analiza el rostro, sino también el entorno: comprueba si cambia de forma natural o si, por ejemplo, se trata de un fondo estático o una mano sosteniendo un móvil. Si detecta que no hay una persona viva delante de la cámara, no confirma la edad y llama a un empleado. Por eso, los intentos de engañar a la IA con una barba falsa, gafas, maquillaje o una foto simplemente no funcionan», explica Julius Stulpinas.
Centrados en la seguridad y privacidad de los datos
La solución de verificación de edad basada en IA, que actualmente se está probando en Lituania, destaca por su arquitectura avanzada y especialmente segura. Todas las verificaciones de edad se realizan directamente en el dispositivo; las imágenes faciales no se envían a ningún lugar ni se almacenan.
«Esto significa que ni las fotos ni ningún dato relacionado con ellas salen del dispositivo. En Estonia, por ejemplo, los datos faciales primero se convierten en los llamados ‘puntos’ y se envían a un algoritmo en la nube que determina si la persona cumple con la edad mínima requerida. En la prueba que se está realizando en Lituania, todo el análisis se lleva a cabo localmente, dentro del dispositivo. Esto elimina por completo el riesgo de transferencia de datos y garantiza la máxima privacidad», explica Stulpinas.
Julius Stulpinas, Director de Tecnología de StrongPoint
Todo el proceso dura solo unos segundos. Con el consentimiento del cliente, su perfil facial se escanea en una caja de autoservicio especial de IKI. Una vez que se muestra el resultado, toda la información se elimina inmediatamente. El algoritmo funciona directamente en el ordenador de la caja, por lo que no se almacenan ni se envían datos a ningún otro lugar.
Según él, la solución de IA que se está probando en Lituania podría funcionar incluso sin conexión a internet. Es decir, no solo no se envían datos, sino que tampoco se deja ningún rastro digital.
Descubre más sobre las cajas de autopago de StrongPoint
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